Los 120 inmigrantes haitianos que el pasado sábado pretendían quedarse en la ciudad de Los Mochis fueron atendidos y traslados por el Ayuntamiento de Ahome, en un acto de humanidad pero también, para prevenir un descontrol en la presencia de personas que terminen en situación de calle.
Así lo dio a conocer el propio alcalde Gerardo Octavio Vargas Landeros quien enfatizó que
era algo que no se podía permitir (su estancia en la ciudad), aclarando que no se trató de un tema de violación a los derechos humanos.
De igual forma, precisó que se les alimentó y a tres de ellos se les llevó al Hospital General para una revisión médica y posteriormente fueron llevados al límite de Sinaloa y Sonora pues para allá quisieron moverse, para antes dijo que en el momento en el que se dio aviso que este grupo se había bajado en El Trébol, en la entrada norte de la ciudad se le dio aviso al gobernador del Estado, Rubén Rocha Moya quien giró instrucciones para proceder al respecto.
“Eran camiones que iban rumbo a Mazatlán y a estos jóvenes se les ocurrió bajarse aquí en El Trébol, nosotros no estábamos preparados ni teníamos tampoco facultades como para poder recibir a 120 africanos haitianos. La Policía de Migración nos dijo que ellos no podían detenerlos pero se pusieron un poquito violentos (inmigrantes) quebraron un cristal de uno de los camiones fue por eso que intervenimos”, detalló.
Vargas Landeros reiteró que a fin de proteger la tranquilidad de la ciudad en el sentido de no abonar a tener más presencia de personas de otros lugares en los bulevares y cruceros, lo cual aceptó, ha ido en aumento pese al trabajo de DIF y Sippina, el no permitirles quedarse no fue con la intención de perjudicarlos o violentar sus derechos humanos.
“Tenemos problemas en algunos cruceros de gente que viene fuera, de campos agrícolas que traen niños trabajando, que están pidiendo dinero ahí haciendo algunos malabares pero tampoco es correcto ahí entra el DIF, está dando la atención pero imagínense no podemos atender a los nuestros mucho menos que se vengan de otros países, ellos (inmigrantes) ven aquí que hay una ciudad segura, tranquila, pero no es correcto”, abundó.